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jueves, 24 de julio de 2014

El arma más poderosa del mundo.

Que necio el que cree que el arma más poderosa del mundo es algún tipo de pistola, de bomba, de flecha, de tanque. Eso es muy superficial.
Una vez alguien dijo que hay cosas peores que la muerte; por lo tanto hay algunas armas peores que las que matan.
Y te diré una de ellas: las palabras.
¿Palabras? Pues sí, esas extrañas composiciones de letras aleatorias que rompen y reparan, hieren y curan, matan y a veces reviven.
¿Quién no recuerda alguna vez cuando una simple frase (formada por palabras) le ha hecho añicos? Las palabras duelen tanto a veces...
Y cuanto más enfadado estás más duelen tus palabras; y aunque todos lo sabemos, a veces no lo recordamos y nos dejamos llevar por la ira...
Pero entre todas las palabras, hay un arma más poderosa aún. Arma. Amar.
El amor, correspondido o no, puede llegar a doler más que el odio o la indiferencia.
Pues, ¿hay algo peor que un chico que te odie? Un chico que te ame.

Tampoco me echéis mucha cuenta, al fin y al cabo, incluso esto no es más que un conjunto de armas, aunque esta vez no tengan intención de herir.

lunes, 21 de julio de 2014

Besada por el fuego

Tenía el pelo rojo, como el fuego de una hoguera, pero al moverse le salían relfejos naranja atardecer.
No sabía quién era, pero estaba seguro de que no le gustaría verme allí; quizás por eso me escondí todo el rato.
La había visto salir del pueblo y la había seguido hasta allí, atravesando ríos, escalando montañas e intentando que no me descubriera. Vale, sí, llamadme exagerado, no la seguí apenas media hora, pero fue la media hora más lenta de mi vida.

De repente se sentó. Allí, al filo del acantilado, a cualquiera le daría miedo y ella se sentó. Creo que ahí quedé ya impresionado.
Su silueta se recortaba contra el ya cercano atardecer. Su pelo rizado y pelirrojo le tapaba la espalda, con algunos mechones volando al viento.

Entonces, justo cuando el sol se hundía en el  horizonte, levantó las manos y comenzó a dibujar en el aire, como si fuera ella la que coloreaba el cielo y movía las nubes.
Y cuando el sol se ocultó totalmente, se levantó y las bajó. Desde donde yo estaba, los últimos rayos de sol parecían besarla. Parecía... besada por el fuego.

Quizás no debí haberla seguido, pero su pelo rojo llameó y quedó grabado en mi retina.
Quizás quería saber a dónde se dirigía una chica joven cuando pronto anochecería.
Quizás en el fondo ansiaba compartir su secreti y ser yo también besado por el fuego.

domingo, 20 de julio de 2014

Capítulo 7

Siento subir esta capítulo tan distante del otro, ya os dije que últimamente escribo poco y cuando escribo es a mano, pero ahora mismo he terminado este y voy a seguir con otro mañana.
Intentaré subir mañana el siguiente.
Espero que os guste :3