Siento la tardanza, pero siempre dejo el escribir para el día siguiente y al final se me va el tiempo, espero que para este capítulo que viene no me pase así.
Bueno, ojalá os guste mucho y como siempre digo, comentad o dad ideas en los comentarios si queréis.
Gracias por leer chicos :3
-El Amuleto
lleva guiándonos desde hace siglos, enseñándonos el camino a
seguir, iluminando nuestras mentes, y recordándonos porque los
Cuatro Clanes son necesarios. Pero el Amuleto no tiene fuerzas
infinitas, y cada 12 años hay que llevarlo a recargar sus fuerzas. Y
para que sea como la primera vez, hay que llevarlo al Valle de los
Cuatro Ríos, un lugar sagrado al que nadie que no sea el encargado
de recargar el Amuleto puede llegar. Cada vez que hay que llevarlo,
se encarga un Clan diferente. La última vez, nos tocaba a los
Zaisere y en representación del Clan enviamos a un hombre. Un
viajero experto. Pensé que no encontraría dificultades, pero al
parecer no fue así. Porque hace 4 años que lo envié, y nunca
volvió. No sabemos si algo o alguien lo atacó, si se perdió, o si
nos traicionó, pero no se ha vuelto ha saber de él desde
entonces.-terminó de explicar la Sabia Zaisere.
-Y eso nos
presenta un problema.-continuó el Sabio del Clan Muluk- El Amuleto
nos recuerda el por qué de toda esta sociedad, y ahora sin él, las
cosas comienzan a cambiar. Se está perdiendo el espíritu de los
Clanes, y eso es muy peligroso.
-Si no
recuperamos nuestra esencia-comentó la Sabia de los Dinkitu muy
afectada- lo más probable es que desaparezcamos como sociedad. Y
hemos llegado a un punto en que ningún Clan podrá sobrevivir sin el
resto.
-Lo que debemos
encargaros, es una misión de vida, o muerte.-finalizó con una voz
profunda el Sabio Arobrea
En la sala de
reuniones de los Cuatro Sabios se hizo el silencio. Los Sabios ya
habían hablado sobre este tema, pero los cuatro muchachos a los que
habían elegido, no tenían ni idea.
-Pe-pero... eso
significa que... Que si no se encuentra el Amuleto, moriremos todos,
¿no?-dijo la chica de los Arobrea. Era una chica de ojos azules y
luminosos, con el pelo blanco, aunque entre tantos mechones de
colores, casi no llamaba la atención su color natural.
-Eso es
exactamente lo que pasará, Escorpio.-dijo el Sabio de su Clan.
-Yo no me trago
eso de que no podamos sobrevivir sin los demás-dijo el chico Muluk
con un aire de chulería. Llevaba el pelo rubio muy corto y una gorra
que se había quitado como gesto de respeto a los Sabios. Se había
pasado todo el rato repatingado en la silla y jugueteando con un
piersing que llevaba en la lengua.
-¿Ah, no?-dijo
la Sabia Zaisere entrecerrando los ojos- Y dime, sin los Zaisere que
cuidaran plantas y animales, sin los Arobrea que predijeran el tiempo
por las estrellas, sin los Dinkitu que hicieran los trabajos más
pesados, ¿como sobrevivirías?-el chico no supo que contestar.- Eso
pensaba yo.
-Calatea, no
seas tan dura con el zagal, Hassio no es de tu Clan.-dijo la Sabía
Muluk hacia la mujer Zaisere.
-Disculpame,
Níquel.-acepto Calatea la reprimenda.
-¿Y por qué
nos habéis elegido a nosotros?-dijo el joven Dinkitu. Era un chico
de pelo largo y negro, con dos rayas rapadas en las cejas, y un
piersing en el labio.
-He ahí la
pregunta correcta, Nantan.-dijo la Sabia Dinkitu al instante.- ¿Se
lo cuento yo, compañeros?-les preguntó a los demás Sabios, que
asintieron con la cabeza.- Muy bien. Cada uno de los Clanes tiene
rasgos físicos específicos, rasgos de sangre, podríamos decir.
Muchos, muchísmos rasgos, pero hay dos, que si se dan en la misma
persona, la hacen especial, importante para sus Clanes y para toda la
Ciudad.
-Eso es solo
una leyenda, el segundo pergamino dónde se explicaba eso se perdió,
¿no es cierto?-preguntó Elanor, siempre había estado muy
interesada en historia.
-No
exactamente, pequeña Elanor.-dijo la Sabia Zaisere con una extraña
sonrisa.- Continúa, por favor, Allende.
-Es cierto que
el pergamino se perdió, pero los Sabios siempre han sabido lo que
llevaba escrito.-continuó la Sabia- Y por eso estáis aquí hoy.
Todos vosotros, tenéis esos rasgos de los que habla el pergamino,
esos que os reconocen como personas excepcionales:
>El
pergamino señalaba al elegido Arobrea con el pelo tan blanco y
reluciente como la nieve recién caída y marcas en la piel, tan
oscuras como el carbón. Marcas, como las que tu tienes en las
muñecas, Escorpio.-la chica aludida se miró las muñecas. Siempre
había tenido aquellos puntos oscuros en las muñecas, pero nunca los
creyó nada especial.
>Respecto a
los Muluk, el pergamino señalaba al elegido con marcas con forma de
estrellas, y pequeñas rayas, como cicatrices, en los hombros. No
negaras, que ambas parcas se dan en tí, ¿cierto, Hassio?-el chico
asintió con la cabeza, mirándose los hombros y los brazos, donde
las marcas eran claramente visibles.
>Sobre los
Dinkitu, el pergamino hablaba de marcas claras en la piel, y ojos con
el iris moteado. Sobre eso, viendo tus ojos, no hay nada que rebatir,
Nantan.-era verdad, los ojos del joven Dinkitu eran plateados, pero
con miles de puntos de otro colores.
>Y respecto
a los Zaisere, el pergamino señalaba marcas simétricas en las
manos, y ojos de diferente color. Ambas marcas se dan en tí,
Elanor.-la chica se miró las manos, aunque sabía bien que tenía
dos marcas que coincidían completamente.
Los cuatro
chicos tenían cara de asombro, pero empezaban a encajar las piezas.
-No os vamos a
pedir que decidáis si aceptareis la misión ya, tenéis dos días
para debatirlo.-habló Corvus, el Sabio Arobrea.- Esperamos que no
digáis nada de esto a nadie, salvo a vuestros padres; y también
esperamos de todo corazón que aceptéis la misión y nos salvéis.
-Una duda.-dijo
Elanor con voz firme- ¿Por qué esperasteis tanto en mandar a
alguien a buscar el Amuleto?¿Quién fue el viajero que desapareció?
-Verás,
pequeña,-dijo la Sabia Zaisere- quise esperar todo lo posible para
ver si regresaba, pero fue un error, y no podemos esperar más, en
cierto modo, esta situación es culpa mía.-dijo la anciana apenada-
Y respecto a su nombre...-la mujer vaciló, cogió aire y lo
pronunció de golpe- Era Olmo Lórien, tu padre.
Lo último que
se escuchó en aquella habitación, fue un portazo y los pasos
apresurados de Elanor Lórien al salir corriendo.
“No, no puede
ser. Mi padre nos abandonó, si fuera el encargado del Amuleto, mamá
lo hubiera sabido.”-pensaba Elanor mientras corría hacia su
refugio.
“Pero papá
nos quería a ambas, era un buen hombre, no puedo abandonarnos. Era
el encargado del Amuleto y se perdió, por eso no regresó. Y lo
sabes”-dijo una vocecilla en su cabeza.- “Tienes la verdadera
razón por la que no regresó delante tuya, ¿no la aprovecharás?¿No
investigarás?¿Te quedarás toda tu vida sin saber, que le pasó de
verdad a tu padre?”
Llegó
corriendo al filo del arroyo, se quitó los zapatos y metió los pies
en el agua, si tumbó en el suelo, y vació la mente, un segundo
antes de comenzar a llorar, y un segundo antes de que Cornamenta
aparecía y la consolara, como solo él podía hacer.
Elanor no sabía
cuanto tiempo llevaba allí, acurrucada entre aquellas raíces, con
los pies descalzos en las aguas del río, y el pequeño Cornamenta a
su lado, cuando escucho la voz.
-Estábamos
todos buscándote. Los Sabios están preocupados. ¿Puedo sentarme?
Elanor
desenterró su cabeza de las rodillas y miró al chico que le había
hablado. Era el joven Dinkitu que había estado en la reunión. Se
fijó mejor en él y vio aquellos ojos moteados de los que los Sabios
hablaban, enterrados bajo un flequillo de pelo negro.
-¿Cómo me has
encontrado?-preguntó la chica con verdadera curiosidad.
-No eres la
única que viene a refugiarse al bosque.-contestó el con misterio
sentándose a su lado.
-No tienes
pinta de venir a esconderte aquí.-dijo Elanor mirándolo a los ojos.
El chico la miró frunciendo las cejas.-¿Demasiado directa?
-Un poco, pero
no pasa nada.-dijo él.- Digamos que soy una caja de
sorpresas.-concluyó con ironía.
-Creo que no
nos han presentado, soy Elanor. Y este de aquí es Cornamenta.-el
cervatillo no sabía si huir o no, y de momento estaba escondido tras
la chica mirando con curiosidad al extraño.
-Nantan.-dijo
el chico extendiendo su mano para estrechar la de ella.-Bonito
tatuaje.-dijo sonriendo cuando vio las alas que Elanor tenía
pintadas en la muñeca.
-Es un recuerdo
constante de que podemos ser libres y volar como los pájaros.-comentó
la chica sonriendo. Ese era el primer tatuaje que se había hecho, a
la edad de 10 años, y el motivo por el que su madre la llamaba
'pajarillo'.
-¿Y el
otro?¿Qué simboliza?-preguntó el señalándole el brazo.
Elanor tenía
todo el brazo con un camino de huellas de gato, desde el hombro hasta
la muñeca.
-Que nosotros
mismos marcamos nuestro camino, con huellas de gato. ¿Esto es un
interrogatorio?dijo Elanor riendo.
-No, es solo
curiosidad.-dijo Nantan sonriendo por primera vez en toda la
conversación.- Anda, ven conmigo, les dijimos a los Sabios que te
buscaríamos y en una hora estaríamos de vuelta, y es de mala
educación hacer esperar a los Sabios, ¿no crees?
El chico le
tendió la mano para levantarla, y ella la aceptó su mano y se
levantó
Se despidió
del pequeño Cornamenta, que seguía sin querer acercarse al joven
Dinkitu, recogió los zapatos, y aún descalza comenzó a andar hacia
la Ciudad.
-¿A dónde vas
descalza?-le preguntó Nantan cuando la alcanzó unos instantes
después.
-No me hacen
falta zapatos para caminar por el bosque.
-¿Eres rara,
eh?-dijo el joven, pero sin malicia, sonriendo.-No te lo tomes a mal,
diferente, si lo prefieres.-comentó a modo de disculpa.
-No, me gusta
el término rara.-dijo Elanor con una sonrisa en la que su moreno
rostro pareció aún más moreno comparado con sus dientes.-¿No eras
tú el que decía que no había que hacer esperar a los Sabios? ¡Anda
vamos, te echo una carrera!-dijo ella para picarle y reírse un rato.
Y comenzó a correr.
-¡Eh, Elanor,
espérame!-le grito Nantan mientras corría detrás de la chica, que,
ya estaba bastante lejos de él, aunque iba corriendo descalza.
Hola ,encontré tu blog y me gusta ..es muy bonito :D
ResponderEliminarte invito a mi iniciativa:http://entreletraspaginas.blogspot.mx/2013/09/iniciativa-el-blog-turista.html
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarGracias :) Me gusta mucho la idea, pero la verdad es que cojo poco el ordenador como para mirar blogs, así que no sé si podré hacer de 'turista' en todos
Eliminar