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viernes, 23 de agosto de 2013

Capítulo 25

Aquí os dejo otro capítulo más, aunque siento el retraso :P Bueno para compensaros esta tarde intentaré escribir el siguiente, que ya me queda muy poquito, y lo subiré mañana o pasado como muy tarde. Como siempre os digo comentad cuanto querais, y espero que os guste :3




Abro los ojos y solo veo blanco. ¿Dónde estoy? ¿Qué es esto? ¿He muerto? Poco a poco me doy cuenta de que estoy en lo que parece una habitación de hospital. Y también de que a parte de la sabana que me cubre no llevo nada. Veo un camisón colocado en una silla, me dirijo hacía allí y me lo pongo. Y justo entonces se abre la puerta.
-...como te decía Nooria, todo está listo...-dice Samantha a Nooria mientras entran por la puerta, pero se interrumpe al verme levantada.
-¡Ariadna! ¡Estás despierta!-dice Nooria corriendo hacía mí para abrazarme.
-Ya era hora de que te despertaras, niña, me iba a empezar a preocupar.-dice Samantha sonriendo mientras me abraza también.
-Lo tenemos todo preparado para tu entrevista, aunque parecía que la única que no estaba lista eras tú.-comenta Nooria.
-Yo también me alegro de veros, pero ¿dónde estamos?¿Esto es un hospital?-pregunto intentando ordenar mis ideas.
-Verás, cuando saliste de la Arena-empieza Nooria- te trajeron aquí, es el hospital del edificio de entrenamiento. No hizo falta operarte porque no tenías muchas heridas, pero si curarte el cansancio y ponerte un suero con nutrientes.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí?-pregunto con curiosidad.
-Hoy hace dos días,-contesta esta vez Samantha- los médicos decían que despertarías hoy, por eso estamos aquí.

-Bueno, Samantha, deberíais ir ya a prepararos, iré a hablar con Tiberius para que lo prepare todo.-dice Nooria mientras sonríe y se va.
Samantha y yo nos vamos al momento para el ascensor, y nos dirigimos a la sala de preparación.
-Me alegro de que hayas ganado, Ari.-dice Samantha- Pero debo prevenirte, en la entrevista pondrán imágenes y te preguntarán los juegos, quizás no estés preparada del todo.
-Intentaré ser fuerte.-digo armándome de valor.
-Eres fuerte-dice Samantha.

Entonces llegamos a la sala de preparación y vuelvo a encontrarme con Rose, Darius y Abraham, que me envuelven en un abrazo de grupo.
-Os dije que tenía la corazonada de que volvería, ¿no?-dice Abraham
Y todos nos reímos un poco.
Mientras me vuelven a untar mejunjes y prepararme, van contando como vivieron ellos los juegos, aunque suele ser más bien del estilo: 'pues cuando pasó esto yo estaba en aquella fiesta', 'vi aquella pelea en la casa de nosequién...' y cosas por el estilo.

Cuando terminan, después una ronda de abrazos y de 'nos alegramos de verte', se van y llega otra vez Samantha.
-Esta vez hemos apostado por la chica dulce, pero no la misma que antes, ésta chica ha ganado los juegos y es más fuerte, ¿la conoces?-dice Samantha guiñando un ojo.
-Creo que sí-le contesto con una sonrisa.
-Hasta que no termine contigo, no la conocerás.-y antes de que conteste, ya ha sacado sus pinturas y comenzado su trabajo.

Esta vez cambia los tonos azul cielo por tonos que semejan un azul de nubes de tormenta. Me deja el pelo en una coleta alta, y vuelve a hacer eso que no sé como, me deja tantos tirabuzones. Y me coloca un vestido que no tiene nada que ver con el de antes.
Tiene cierto parecido, también es ajustado hasta la cintura, pero mucho más que el otro. Todo el vuelo que llevaba el otro y le daba ese aspecto de princesa, ha desaparecido; ahora aunque sigue suelto debajo de la cintura, cae más lacio y los bordes están rotos, como si se hubieran enganchado en algunas plantas. Y el tono celeste ha cambiado por el azul marino.
Los zapatos son de un azul casi negro, pero siguen siendo planos.

-Ahora conoces a la nueva Ariadna Silver.-dice Samantha cuando me pone frente al espejo.
Es verdad que sigo siendo yo, pero no del todo, parezco más madura, como si por romper un poco un vestido hubiera dejado atrás esa niñez y esa inocencia. Y en el fondo, es lo que me han hecho los juegos.
Me giro y abrazo a mi estilista.
-Gracias-le digo- el equipo de preparación tenía razón, eres la mejor en esto.
Cuando la suelto veo como sonríe, y, aunque disimuladamente, se seca una lágrima.
-Anda vamos, el Capitolio te espera.


-¡Señoras y señores, con todos ustedes, la ganadora de los primeros Juegos del Hambre: Ariadna Silver!-grita Connor Flickerman dándome la entrada, mientras toda la sala aplaude. Estamos en la misma sala de las otras entrevistas, aunque esta vez solo hay dos asientos en el centro, una silla como la de la última vez para Connor, y un pequeño sillón muy recargado para mí.
Me siento en en sillón que es bastante cómodo, aunque la que no deja de estar incómoda soy yo.
-Bueno Ariadna, me alegro de volver a verte-empieza Connor con una gran sonrisa- Y creo que hablo en nombre de todo el Capitolio al decirte que me encantó tu actuación en los Juegos.
-Gracias, Connor, yo también me alegro de volver a estar aquí y de volver a verte.-digo fingiendo una sonrisa.
Recuerda lo que dijo Nooria: tienes que aparentar alegrarte de haber ganado, aparentar estar feliz con la muerte de los demás”-pienso e intento actuar así.
-Hemos preparado una pequeña película con lo que nos han parecido los mejores momentos de estos primeros Juegos-dice, y continúa dirigiéndose al público esta vez- ¿Queréis verla?
-¡¡Sííí!!-contestan todas las gradas a la vez, y la sala parece retumbar.
-Aviso de que quizás “pequeña” no sea el mejor adjetivo para calificarla, ya que dura casi tres horas-dice Connor entre risas- ¿Te importaría hacer los honores, Ariadna?-dice tendiéndome un mando con un solo botón.
Sonrío mientras le doy. Aunque no estoy preparada para lo que pasa a continuación.

Se apagan las luces y aparece una pantalla, solo suena el himno del Capitolio y entonces empieza la película.
Empiezan con todas las cosechas y el desfile, los entrenamientos y las puntuaciones, fijándose más en mí que en los demás, porque claro, soy la ganadora.
Después pasamos a la Arena: veo la Cornucopia y el baño de sangre que hay en ella y a mis aliados y yo corriendo; veo cada una de las muertes, mientras más impactantes o sangrientas son las muertes, más tiempo les dedican. Estoy haciendo un gran esfuerzo por no cerrar los ojos ni rendirme a las lágrimas. Que espantoso es todo esto. Intento distraerme con el anillo de Shail. Shail, cuanto hace que no pensaba en él, menos mal que sigo teniendo su anillos.
Veo también muchísimos momentos míos: tanto con la alianza como cuando fui a buscar a la chica del 6. Cuando llega la muerte de Alsan, no puedo aguantarlo y unas cuantas lágrimas ruedan por mis mejillas.
Para cuando termina toda la película, solo tengo ganas de marcharme, vomitar, y tumbarme a la cama a llorar.

Vuelve a sonar el himno y aparece el Presidente Snow, seguido de un niño pequeño que lleva una corona en un cojín. El publico aplaude de una manera increíble. Snow se acerca a mí y me coloca la corona en la cabeza, sonriendo. Le sonrío también y el público rompe otra vez en aplausos y vítores. Parecen encantados.
El Presidente se retira a un palco privado en uno de los lados de la sala, y Connor empieza con su entrevista de verdad:
-Cuéntanos, ¿como viviste la Alianza?-pregunta con una sonrisa.
Comienzo a hablar de como si nos juntábamos era más fácil sobrevivir porque unos nos ayudábamos a los otros. Connor sigue preguntando temas fáciles de contar.
-Aunque ha habido muchos momentos emotivos en estos Juegos, creo que el que tiene el primer premio fue la muerte de Alsan, ¿podrías contarnos como viviste eso?-dice, y a juzgar por su mirada, lleva rato deseando hacer esa pregunta.
-Bueno...-me aclaro la garganta y me armo de valor- Yo estaba confusa por las rastrevíspulas, ¿te han picado alguna vez?
-¡Santo Cielo, no!
-Bueno, pues no te recomiendo que pruebes la experiencia-el público se ríe y yo he conseguido el tiempo que necesitaba- Como decía, estaba bastante confusa, los dos lo estábamos supongo y no vimos a nadie ni ningún arma hasta que era demasiado tarde.
-Pero aún así huiste, ¿no?-pregunta con interés. Sé lo que quiere insinuar. Quiere insinuar que si lo quisiera de verdad no hubiera huido.
-Connor, no se le puede negar nada a alguien que te mira con una espada clavada y lágrimas en los ojos. Era su... su último deseo, y pensé que... que debía hacerlo, aunque me doliera. Porque él no quería que lo viera morir. Y aunque me hubiera gustado estar a su lado yo...-paro un momento para evitar llorar- Yo quise darle ese deseo, quise que fuera feliz porque yo me hubiera salvado a pesar de todo.-me cae una lágrima que me limpio disimuladamente.
-Gracias por todo, Ariadna.-dice Connor sonriendo y levantándose.- ¡Damas y caballeros, la ganadora de los Primero Juegos del Hambre: Ariadna Silver, la chica del Distrito 5!-grita a todo el público mientras me coge de la mano y la alza encima de mi cabeza.

Cuando las cámaras dejan de grabar, me devuelven a la planta 5, donde están Tiberius, Nooria, Samantha y Orión sentados a la mesa, esperándome. Me invitan a cenar con ellos, pero solo puedo decirles que no y salir corriendo hacia mi habitación. Justo cuando cierro la puerta comienzo a llorar. Me quito el vestido y los zapatos, y me pongo el mismo pijama que antes de los juegos, me tumbo en la cama y lloro hasta quedarme dormida.
Cuando las pesadillas me despiertan, veo que hay algo de mi comida en la habitación, pero no tengo hambre. No puedo volver a dormirme, así que una vez más voy al único sitio en el que me siento segura.

Arrastro el puf hasta su sitio delante de la gran cristalera, me tumbo como solía hacer antes. Y pienso en Shail, porque como empiece a pensar en los Juegos no dejaré de llorar.
Y antes de dormirme, tengo la sensación, de que Alsan me mira desde algún lugar, y de que Shail cuida de mí, donde quiera que esté.

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