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domingo, 16 de diciembre de 2012

Capítulo 10

Y como os prometí el otro día, después del error del capítulo 9, aquí está el capítulo 10, el mismo día que el capítulo 9. Este capítulo ha cambiado unas cuantas cosas, para poder enlazarlo con el capítulo 9, así que a los que lo leyeron con el título de 'Capítulo 9', les aviso, no es exactamente igual, así qué, si yo fuera vosotros, lo volvería a leer. Me dijo ya de rollos y os dejo el capítulo. Y una vez más, os digo, por favor, comentad, que los comentarios anónimos ya están :) Que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte, tributos.
Me desperté en mi cama. Cómo llegué allí no lo sé. Pero no me dio tiempo a pensarlo.
-Toc, toc.-Ariadna, date prisa que tienes una mañana muuy atareada.-dijo Tiberius al otro lado de la puerta.

Me visto con una camiseta azul cielo y mallas negras, demasiado ajustadas para mi gusto.
Me dirijo al comedor. Allí está Alsan, Tiberius y Nooria. Me siento al lado de Alsan y me pongo a desayunar.
-¿Quién va a venir primero conmigo?-dice Nooria.
-Yo misma.-contesto.
-Entonces Alsan empieza con Tiberius.-sigue Nooria.-Pues me voy a empezar a preparar las cosas. Cuando termines de desayunar ven a mi habitación, es la verde del final.

Asiento y sigo desayunando. Alsan se levanta y se sienta en el sofá, esperando a Tiberius, que sigue desayunando.
Termino de desayunar y me levanto de la mesa. Me dirijo al pasillo por el que se ha ido Nooria, para llegar, tengo que pasar por delante del sofá. Cuando paso por enfrente suya, Alsan me mira raro y se levanta detrás de mí.
-Quédate quieta un momento.-me dice-Pero no te gires, quédate así, de espaldas a mí.

Me paro un momento, extrañada, ¿qué querrá éste?
Me doy la vuelta al poco tiempo.
-¿Qué pasa? ¿Qué miras?-le digo.
-Esas mallas... ¿no son demasiado ajustadas en el culo?-dice Alsan, como si hablarle de su culo a una chica fuera lo más normal.
-¿Me estabas mirando el culo? ¡Me estabas mirando el culo!-digo con un falso enfado, aunque me pongo roja al pensar que se ha fijado en mi culo.
-Solo como miraría un hermano el culo de su hermana pequeña.-dice él con una sonrisa.
-¿Sabes qué no soy tú hermana pequeña, verdad?-le digo para provocarle.
-Como si lo fueras.-dice él con una sonrisa.
-Yo solo tengo dos herma...-me atraganto con la frase. Dos hermanos no, un solo hermano, Shail...
-He, Ariadna, no llores-me dice, mi cara debe haberme delatado.- Sé lo que sientes, y más precisamente hoy... que estaría... está... tan cerca su cumpleaños...-me abraza.
Le correspondo al abrazo. Pero al poco me suelto.
-Nooria me espera-le digo, medio enjuagándome- Luego hablamos.

Me dirijo al pasillo. Voy a la puerta que Nooria me dijo. Llamo antes de entrar. Se escucha un 'adelante' y entro. Nooria está sentada en el suelo. Con las piernas cruzadas.
-Pasa, Ariadna.-dice mientras se levanta.
Paso casi toda la mañana con ella, me enseña como andar con tacones, a como sentarme y comportarme... Luego, me intercambio con Alsan: él con Nooria y yo con Tiberius.
Con Tiberius intentamos elegir una personalidad para la entrevista.
De chica sexy no, eso nadie se lo traga. De niña inocente, a mis 16 no cuadra del todo. Así que al final, con lo de los 'Dulces 16' como argumento, tengo que intentar ser dulce y simpática, Tiberius dice que no me costará mucho trabajo, que soy así de forma propia.

Comemos todos juntos, en un ambiente un poco tenso.
Nada más terminar de comer, Alsan y yo nos dirigimos a la sala de preparación. Nuestros equipos nos estarán esperando allí.

Cuando llego y entro en la sala de la última vez, veo a Rose, Darius y Abraham esperándome.
-¡Ariadna, cariño!-dice Rose.- Teníamos unas ganas de verte.
Todos sonríen.
Empiezan a untarme mejunjes, y a peinarme. Me cuentan media vida suya: que si el banquete del otro día, que si lo pasaron muy bien en el desfile, en nosequé fiesta... La verdad es que se les coge cariño.
Cuando acaban, llevo dos coletas bajas, las uñas pintadas de celeste claro y un maquillaje que hace que mis pecas se vean más.

-Bueno, chica, esta será la última vez  que te veamos.-dice Darius.
-Te vamos a echar de menos.-dice Rose.
-Y yo a vosotros.-digo, y en el fondo es cierto. Me gusta ver a gente tan alegre en estos momentos.
-No te preocupes,-dice Abraham.-creo que volveremos a verte.
-Bueno, tenemos que irnos.-dice Rose.-Ahora avisamos a Samantha.

Se despiden de mí con abrazos y se van. Al momento viene Samantha.
-Hola, Ariadna.-dice con una sonrisa.
Destaca mucho sus ropas comparadas con las de sus ayudantes. Viste una camiseta blanca ancha y unos pantalones campana. Con zapatos planos, de nuevo.
Le dirijo una sonrisa.
-Me enteré de que vas a ir a la entrevista de chica dulce.-dice mientras se sienta en la camilla.-Así que decidí vestirte como tal. ¿Te gustan las coletas?
-La verdad es que sí.-le digo mientras me siento a su lado.
-Estupendo. Pues vamos a vestirte.-se levanta y empieza a sacar vestido y zapatos de una bolsa.- Vas a parecer una princesa de cuento.-dice mientras sonríe y me enseña el vestido.

Es un vestido ajustado a la cintura, y suelto a partir de ésta, como los de las princesas de los cuentos, entero de color blanco, con reflejos azules. Me ayuda a ponérmelo y me enseña los zapatos. Son unas piezas blancas, bastante sencillas, completamente planas.
-Son planos, porque, no sé sí lo habrás notado, pero no me gustan los tacones.-dice Samantha con un guiño.
Mientras me los pongo, me río con el comentario.

Me miro al espejo, parezco más joven.
-Muy dulce, ¿no te parece?-le digo.
-Justo lo que quieres aparentar.-dice mientras me pone las manos en los hombros.- Intenta ser dulce, ¿ok?
-Entendido, Samantha.-le digo.

Nos dirigimos a la planta de calle, allí nos espera un coche para llevarnos a las entrevistas. Una vez allí, me separo de Samantha y un avox me dirige a un pasillo, donde nos colocan a todos los tributos en fila. Alsan se coloca a mi lado.
Lleva puesto un traje negro, con una camisa celeste, y con bordados azules en el cuello y las mangas. Creo que son nubes.

-¿Qué te parece mi traje?-dice de cachondeo.- No soy tu príncipe, pero voy de azul, aunque tú sí pareces una princesa.
Le saco la lengua y le sonrío.
-¿Al final apostaste por la chica dulce como te dije el día que llegamos aquí?-me dice Alsan al oído.
Empiezo a reírme recordando la escena: yo asomada a la ventana del tren y Alsan diciéndome eso.
-Eso parece.-le digo sonriendo.

En ese momento, nos dicen que entremos en la sala de entrevistas, y nos sentemos.

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